DESCUBRIENDO RAZONES

Es muy difícil comprender la multitud de facetas que debes adoptar en tu vida para lograr entenderme y apoyarme en un camino que muy seguramente recorriste e inevitablemente también tendré que hacerlo. El camino de la vida en el cual muchos momentos te llenan de felicidad, y que en otros la tristeza embarga aquel corazón que siempre se encuentra lleno de amor para dármelo cuando más lo necesito.

Retrocediendo un poco el tiempo, encuentro una mujer no muy diferente a la que existe hoy en día, realmente el tiempo pasa muy rápido y mientras este pasa no logró darme cuenta de todos los esfuerzos que has realizado. Tan sólo en el momento en el cual me detengo, hago un alto en el camino y miro hacia atrás, descubro las ansias que tenías de conocerme en el momento en el cual era un indefenso ser, descubro cada desvelo que soportaste, cada lágrima que derramaste en algunas ocasiones a causa de mi terquedad y en otras a causa de mis logros, que no eran sólo míos; sino tuyos también. Cuando miro hacia atrás, encuentro una mujer que con total firmeza y dedicación, acepto la responsabilidad más grande que puede adoptar un ser humano, la de guiar el camino de otro.

Sin lugar a duda, puedo comprender que decidiste compartir tu vida conmigo, ya no eran sólo tus problemas, ahora eran los tuyos y los míos. Ya no tenías que preocuparte por lo que debías comer, ahora tus preocupaciones giraban en torno a que debías darme de comer. En un acto desinteresado luchaste día a día por formar una persona que fuese útil a la sociedad, cada mañana en que con una voz delicada, en la que mostrabas tu amor y a su vez tu firmeza, me enseñaste lo que implicaba ser responsable en cada una de mis actuaciones. Me diste las bases que debía tener para enfrentarme al mundo solo, me enseñaste que las cosas no las debo lograr por el camino corto, por el camino fácil; sino que por el contrario debía esforzarme en lograr mis metas. Me enseñaste que si lo hacía de la manera fácil, iba a obtener resultados rápidos pero momentáneos, mas si lo hacía siendo precavido y posiblemente por el camino largo, los resultados los obtendría de forma duradera.

A cada actuación tuya, hoy le encuentro sentido, encuentro que cada regaño, que mas que un regaño era un consejo, hoy tiene una connotación. Y esa connotación es que hoy soy lo que soy, gracias a ti, gracias a tu incansable amor de madre y gracias a la paciencia que me tuviste cuando más lo necesite.